Por Alicia Vidal (cobertura especial desde Jujuy)
¿Es inevitable pensar que hay conflicto entre quienes quieren proteger el medio ambiente y quienes desarrollan actividades productivas que implican estrategias extractivas? A priori son dos mundos paralelos que ven la realidad con dualidad: unos la quieren conservar y otros la quieren explotar. Unos parecen los “buenos” y otros aparentan ser “los malos”. Y esto es así casi desde que el mundo es mundo. Pero lo que parece complejo de resolver tal vez se resuelve si el centro se pone en el hombre, en el ser humano. Y en ese plano tal vez se pueden combinar armónicamente ambas dimensiones. Ya no se trata de pensar en proteger sin producir sino en producir protegiendo.
Y este parece ser el encuadre que están logrando desde Ledesma en su “maridaje” (un término muy usado en gastronomía para hablar de aquello que combina bien, que supone un buen casamiento en sentido figurado) con Pro Yungas . Se trata de un matrimonio que a priori parece desparejo. Estamos hablando de una empresa de más de seis mil empleados con una historia centenaria y por el otro lado de una fundación que nació del impulso de Alejandro Brown, un biólogo emprendedor que abrazó la “causa” del monte norteño y hoy se convirtió en sinónimo de la denominación “Yungas”.
“Decir Yungas es decir Brown” se jacta con humor el alma mater de Pro Yungas. Y sí, es que esa patriada que emprendió hace quince años atrás cuando comenzó a focalizar en el área que habitualmente se llamaba simplemente “el monte” ya está indisolublemente ligada a su nombre y apellido.
Claro que no todo empezó de manera armónica. Ledesma y Pro Yungas se conocieron a partir del conflicto. Así como en las comedias románticas los protagonistas se conocen chocando “casualmente” en la calle aquí también hubo un choque inicial. Y el “celestino” del primer encontronazo fue Greenpeace. Corría el año 2002 cuando Greenpeace “salta” ante un plan de Ledesma de avanzar con un territorio de la zona para el cultivo de caña. Y para argumentar a su favor invitaron a Alejandro Brown, como líder de Pro Yungas, a disertar en el directorio defendiendo la protección del área. A su vez, también se sumó Fundación Vida Silvestre al pedido de protección del área. Y este llamado de atención ya era inevitable de escuchar para los ejecutivos de Ledesma. “Greenpeace golpea, Fundación Vida Silvestre reflexiona y Pro Yungas negocia” reflexiona Brown. En un principio se trató de un vínculo donde reinaba el conflicto y el tira y afloje pero después se dieron cuenta que todos podían ganar.
Y a partir de entonces lo que parecían dos mundos irreconciliables se transformó en un vínculo armónico que permite que ambas partes se beneficien. No es una relación estable ya que está en permanente proceso de revisión y también es sabido que desde afuera puede parecer un “maridaje de conveniencia”. Si por conveniencia pensamos en los objetivos de cada una de las partes podríamos decir que sí, que se trata de un matrimonio por conveniencia, pero si por conveniencia suponemos que hay engaño, que en verdad lo que se busca en “lavar culpas” desde el lado de la empresa y a su vez “zafar económicamente” desde la fundación, pareciera que no es el caso. Unos tres días en la zona interactuando con los protagonistas no nos da certezas pero la percepción es que se trata de una alianza genuina donde cada uno está logrando algo mejor de lo que podía lograr poniendose uno enfrente del otro.
Ledesma es una empresa gigante, no solo por la cantidad de gente que trabaja sino además por todos los circuitos que abarca. Es conocida por la producción de azúcar y además es una gran productora de papel. Pero no es tan sabido que a su vez está involucrada en otras áreas como producción de alcohol o jugos. Y en su espectro de negocios tiene de clientes a otras grandes empresas que toman sus productos en calidad de insumos. Le venden azúcar a marcas como Coca Cola, le proveen a Bayer de una azúcar especial para medicamentos y le despachan alcohol a Cepas o Fratelli Branca. O sea, que consumimos a diario productos Ledesma más allá de las marcas que habitualmente asociamos a la compañía.
En este encuadre hoy se defiende un concepto que refleja la armonía ya que todos van por un “Paisaje Productivo Protegido”.
Pero además el ensamble entre la megacorporación Ledesma y Pro Yungas supone la jerarquización de un área que hasta hace unas décadas solo era considerada vagamente como “el monte”. Esa denominación que resultaba imprecisa y poco diferenciadora hoy se transformó en el concepto Yungas que resulta mucho más específico y funciona como una marca en sí misma. De hecho, la provincia de Jujuy ya la adoptó como una de las zonas de desarrollo turístico junto a la Puna, la Quebrada o los Valles.
“Las Yungas suena bien y es familiar pero a su vez da algo de exótico” reconoce Brown con orgullo de sentirse el alma mater de esta marca que señala una ecoregión pero a su vez es la base de todo un sistema de desarrollo regional. Espacialmente es un territorio gigantesco que representa un tercio de la superficie de la provincia de Jujuy pero a su vez su despliegue traspasa los límites del país ya que se extiende hasta Perú, pasando por Bolivia y tiene la caracterización de área protegida como Reserva de Biosfera . Remite básicamente a la zona de bosques que crecen en las laderas de las montañas con aspecto casi selvático. Llamarlo simplemente monte carecía de capacidad diferenciadora, denominarlo Yungas es algo distintivo con la connotación equivalente a lo que puede significar el concepto Patagonia que va más allá de una provincia e incluso se extiende en Chile.
Para reforzar la idea de que es algo casi romántico Brown dice que un poeta local definió a las Yungas como “la hembra salvaje del subtrópico”.
O sea, las Yungas son simbólica y espacialmente un fenómeno a considerar seriamente por la provincia de Jujuy. Y esto lleva a Ledesma a conciliar con esta realidad también.
La Fundación Pro Yungas nació sin el amparo de Ledesma pero hoy ambas partes son aliadas y logran ir creciendo respetándose. Según Brown la Fundación tiene un presupuesto de unos u$s 300 mil anuales de los cuales Ledesma aporta el 10 o 15% siendo otras empresas como Pan American Energy, Citrícola Miguel, Alto Paraná, Arcor, Carrefour, Lan o Gasoducto Trasandino, sus principales impulsores además de aportes de entidades públicas a partir de fondos destinados a proteccionismo ambiental.
Pro Yungas es la encargada de poner un sello en el papel que fabrica Ledesma documentando que se trata de una producción sustentable ya que se produce con el bagazo o desecho de la caña de azúcar. Esto permite visibilidad para la fundación y a su vez destaca las buenas prácticas de la compañía.
Pero así como Ledesma tiene un espectro muy amplio de negocios, Pro Yungas también tiene un gran despliegue de emprendimientos ya que promueve el área de Producto Yungas , con una iniciativa de producción de bienes y servicios locales, y a su vez, impulsa el turismo en la zona de modo activo a través de ofertas tentadoras para los turistas ávidos de nuevas experiencias. Se puede consultar el detalle de las ofertas ligadas al Parque Nacional Calilegua en este link que refiere al desarrollo de Atucoque (Asociación de Turismo Comunitario de los Queñoas)
En la Fan Page de Producto Yungas se puede ver también la oferta turística que se ofrece para la travesía de la Puna a las Yungas integrando entonces un espacio consagrado en el imaginario del turista que visita Jujuy con esta nueva área promocional
A través de Pro Yungas se define qué conviene conservar, cómo se pueden manejar las zonas determinando qué recursos se pueden sacar sin afectar las tierras ni el ecosistema o bien qué áreas se podrían sacrificar en función de un cultivo agrícola. A su vez, otro hito clave es la generación de un Sistema de Información Geográfico Ambiental (SIGA) que va acopiando información relevante tanto para el área pública como privada.
Brown tiene una concepción que integra el mundo productivo: “no vas a proteger nada si solo querés proteger y no pensás en la producción, se trata de producir conservando”. Y desde ese ángulo siente que los que están trabajando a nivel global con una concepción similar son los que lideran la World Wide Fund for Nature que es la entidad mundial de la Fundación Vida Silvestre.
A su vez, Brown da por tierra con algunas frases que se repiten con gran predicamento pero sin argumentaciones valederas: “el bosque no inventa el agua, solo administra el agua que cae”.
Por su parte, Miguel Ullivarri, como jefe de departamento de Medio Ambiente de Ledesma, y figura en continuo trato con Brown destaca: “no me digan que las cuestiones ambientales no tienen incidencia en la rentabilidad, esto también es una cuestión de mercado”. Y no estamos hablando de una empresa de poca envergadura sino de todo lo contrario ya que para dar una idea de la dimensión que tienen podemos destacar que el 18% del azúcar del país es Ledesma . A su vez, Ledesma procesa 400 toneladas de papel por día y hay no menos de 2000 productos derivados con marcas como Autor o Éxito.
Este artículo no pretende entonces evaluar de modo definitorio cuál es la ecuación de la alianza entre Ledesma y Pro Yungas, pero al menos busca resaltar que hay ensayos de acciones combinadas entre quienes defienden el ambientalismo y los protagonistas de la producción donde aparentemente ambos se benefician, y por ende, se beneficia la comunidad toda. También busca resaltar el valor de imponer una marca como punta de lanza de una acción estratégica y por último pretende destacar que hay nuevas formas de vincularse en este mundo y que hay nuevos espacios por descubrir en territorios que están muy cerca nuestro.
Ledesma además busca otras áreas para vincularse con la comunidad y eso se evidencia en la apertura hace unos años del Centro de Visitantes donde recientemente nombró a Leonor Calvo, una experta en cultura y arte jujeño. Desde allí no solo se brinda un lugar físico para conocer el “mundo Ledesma” sino que también se impulsan actividades como el Premio Provincial de Pintura o las muestras de arte itinerantes o bien acciones como Emprender Jujuy donde se centran en el intercambio y promoción de la innovación y el desarrollo local. “En 2015 el objetivo es apuntar a capacitación y formación con grandes empresas de comunicación como Google o Facebook” destaca Calvo.