«zafrán – recetas honestas certificó como empresa B» anuncia el comunicado de prensa
zafrán obtuvo recientemente la certificación de Empresa B que la reconoce como empresa de triple impacto, desde el punto de vista social, ambiental y económico.
Para ampliar esta información, dialogamos con Nito Anello, alma mater, junto a otros dos socios, de la marca zafrán, un emprendimiento que hoy conjuga todos los puntos que es necesario tener en cuenta para convertirse en una empresa con triple impacto que comprenda lo social, lo ambiental y lo económico.
Sistema B es un movimiento global que comparte la visión de una nueva economía que genere valor sostenible. Promueven empresas que midan su impacto en el bienestar de las personas, las sociedades y el planeta, de forma simultánea. Sostienen que el lucro no es el único parámetro del crecimiento, sino que debe estar guiado por valores y ética que sumen trascendencia, sentido y propósito. La comunidad cuenta con más de 3.200 empresas en el mundo y más de 570 en América Latina.
Junto con la certificación zafrán asume el compromiso de una gestión transparente con una medición continua de impacto y la incorporación del propósito en el estatuto social de la empresa: “mejorar el mundo a través de la alimentación y la inclusión laboral, para potenciar la vida de las personas, eliminar las enfermedades no transmisibles y generar un impacto positivo en el ambiente”.
Mejorar la alimentación
La propuesta de zafrán para mejorar el mundo a través de la alimentación es volver a lo simple, ni dietas ni ultraprocesados: recetas y hábitos honestos. Desde su fundación en 2012, se esfuerza por ofrecer comida de verdad, volviendo a las recetas y los ingredientes reales, esos que podés encontrar en tu casa, quitando cualquier sobrante (procesos químicos, conservantes, colorantes, saborizantes, exceso de azúcar, grasa, sal, etc.). Sus productos; granolas, galletitas. snacks y barras de frutos secos se caracterizan por mostrar con mucha transparencia los pocos ingredientes con los que fueron elaborados y aclarar que no contienen nada de más.
Inclusión laboral
Desde hace 6 años zafrán trabaja con la Asociación Civil Andar, que mejora la vida de personas con discapacidad permitiéndoles acceder a un trabajo, deporte, cultura, arte y salud, afianzando también sus vínculos familiares. Ahí, personas con discapacidad cocinan y envasan las granolas de zafrán. Su trabajo en conjunto incluye capacitaciones en gestión de calidad y buenas prácticas de manufactura para los distintos grupos productivos de Granja Andar. También trabaja con un taller protegido en San Martín.
En 2019, zafrán inauguró en San Martín, Buenos Aires, su primera planta propia de barras de frutos secos, y sus primeros empleados fueron personas que pasaron por situación de encierro. Ahí nació su programa de inclusión laboral de liberados. Forma parte de la Red Creer, un espacio colaborativo y multiactoral para que trabaja con personas privadas de la libertad, liberados y sus entornos directos.
Impacto ambiental
Este año, lanzará una nueva marca pensada para chicos y chicas buscando combatir la obesidad infantil. Será además su primera línea de productos orgánicos, que busca mejorar el impacto de su negocio en el medioambiente. Entre otras cosas, toda la cartulina que usan es certificada FSC (gestión de bosques sustentable), usan energía eficiente en sus oficinas y fábrica. Este año lanzarán la primera línea de productos de consumo masivo del país en envases compostables.
Historia y presente de Zafrán recetas honestas
Nito Anello y Charlie Rivero Haedo son dos amigos que comparten un sueño: mejorar la alimentación de las personas. En 2012, con una inversión inicial de 50 mil pesos, comenzó a forjarse zafrán, un emprendimiento distinto. En 2017 se sumó Diego Salmain como socio, reforzando la parte comercial. zafrán ofrece productos como barras y snacks de frutos secos, granolas y galletitas de diferentes sabores que se comercializan en grandes cadenas de supermercados, dietéticas, farmacias y venta on-line (www.zafran.com.ar).
En 2019, habiendo inaugurado su nueva planta de barras de frutos secos en Buenos Aires, duplicaron la facturación respecto del año anterior, cerrando el año en más de 50 millones de pesos. En 2020 lanzó su primera línea de productos orgánicos para chicos con el fin de combatir la obesidad infantil y certificó como empresa B, siendo ya parte de una comunidad global comprometida con el triple impacto.