Tienda de Costumbres, ubicado en el casco histórico de San Isidro, adhiere a la sustentabilidad social y medioambiental. Trabaja de la mano de artesanos del noroeste argentino y combina técnicas ancestrales con diseño de vanguardia. Fomenta el comercio justo en las comunidades y con sus clientes, los precios de los productos los pone de mútuo acuerdo con el artesano y los ayuda a valorizar su trabajo.
Sus productos están hechos en 6 provincias del norte de nuestro país. Silvina Lippai, dueña y diseñadora principal de Tienda de Costumbres, viaja constantemente al Norte para visitar a las teleras y carpinteros y llevarle los nuevos diseños y prototipos a desarrollar, van puliendo técnicas, muestrarios de colores y se crea un aprendizaje mútuo que se ve reflejado en los productos finales.
Todo es a mano en Tienda de Costumbres: alfombras, almohadones, pies de cama y cada uno de los productos están hechos 100% a mano con materiales naturales; lanas de oveja y llama hilada y teñida a mano, algodón cosechado e hilado con huso. Varias colecciones son teñidas con tinturas naturales como la remolacha, manzanilla o la cáscara del quebracho.
Tienda de Costumbres hoy se ha convertido en un local boutique modelo, donde la gente encuentra artículos exclusivos a precios razonables, que no va a ver en otros lados, diseñados y realizados de una forma muy particular que es a través de técnicas ancestrales ya casi perdidas.
“Mi papá tuvo local de antigüedades que abrió el año en que yo nací. Mi colegio quedaba a 3 cuadras y dos o tres veces por semana pasaba por ahí para hacer los deberes y tomar la merienda, así que me crié en ese entorno, jugaba con juguetes viejos, pianos con mucha historia y recibía como en navidad los camiones con los muebles que mi papá compraba en los campos, siempre había tesoros ocultos, alguna carta en los cajones, plata vieja en los travesaños de las camas o alguna foto, y a mi me encantaba descubrirlos. Con los años, empecé a viajar con él, a jugar con hijos de la gente a la que visitaba, a conocer otras formas de vida, el trabajo familiar, el respeto por la tradición, por la naturaleza, el trabajo comunitario a esta altura ya formaba parte de mi realidad. Hoy en da sigo visitando a aquellos artesanos que mi papa conocia”, señala Silvina Lippai.
“Cuando abri Tienda, y con el miedo propio de emprendedor, cada cosa que compraba pensaba dónde la iba a poner en mi casa cuando me fuera en unos meses por no poder pagar el alquiler. Con los meses les fui dando su lugar en el local porque nos quedábamos mis cosas y yo. Al año y medio de abrir pudimos ampliar el local, a la gente le había gustado nuestra propuesta, y agregamos el sector “Creá tu espacio” para que el cliente sea parte del proceso productivo y diseñe con nuestra ayuda sus propios muebles, alfombras y objetos”, agregó.
“El respeto es una de las bases más importantes de mi proyecto. El respeto a las costumbres, al artesano, al cliente, al medioambiente. El comercio justo es el pilar en el que me apoyo, pienso en relaciones sanas, duraderas en el tiempo, que al artesano le sirva producir y al cliente le sirva comprar, así la rueda gira, y gira para todos”, señaló Lippai
“El comercio justo es nuestro vínculo con el artesano es de total respeto, valoramos su trabajo, el tiempo de ejecución de cada pieza y el precio que fija él o la cooperativa a la cual pertenece”, concluyó.