Esta Navidad, Coca-Cola invita a las personas a hacer feliz a alguien brindando lo mejor de cada uno a través de pequeños actos de bondad para hacer del mundo un lugar mejor. La marca convoca además a mantener este espíritu durante todo el año, más allá de las fechas navideñas.
“En Coca-Cola creemos que la Navidad no es un festejo más, sino una oportunidad única para contagiar las ganas de compartir siempre lo mejor uno. En este sentido, desarrollamos una campaña que busca inspirar a las personas a hacer felices no sólo a sus seres queridos, sino también a personas cercanas, desde un vecino hasta el vendedor de la esquina o incluso a desconocidos”, comenta Stephan Czypionka, Director de Marketing de Coca-Cola Argentina.
La campaña integral, que incluye un comercial de televisión, piezas gráficas y de vía pública, se completa con dos acciones digitales. La primera, le permite a la gente enviar sus mejores deseos navideños a través de compartiundeseo.coca-cola.com.ar y la segunda, es una activación innovadora en la que al ingresar a llamadodepapanoel.coca-cola.com.ar podrán recibir un llamado telefónico y personalizado de Papá Noel.
Como ya es clásico en los comerciales navideños de Coca-Cola, Papá Noel sigue siendo protagonista de esta nueva campaña. La figura icónica de Papá Noel, que está íntimamente ligada a la Navidad, no siempre fue como la conocemos hoy: un hombre alegre y bonachón, de barba blanca y de traje rojo. En algunos lugares, la figura de Papá Noel se asemejó a un santo e incluso tuvo la forma de duende. Así lo imaginaron y representaron en diversos países y a lo largo de varios años hasta 1931.
En ese momento, Papá Noel apareció por primera vez en la revista Saturday Evening Post con el aspecto que tiene en estos días, gracias a una publicidad que Coca-Cola encargó al artista Haddon Sundblom. La historia cuenta que Sundblom se inspiró en un amigo suyo para crear la imagen universal actual de un personaje de leyenda vestido de rojo.
Sundblom nació en Michigan en 1899 en el seno de una familia sueco-estadounidense. Criado en Chicago, desde muy joven empezó a destacarse como artista. En 1920 abrió su propio estudio y, casualmente, Coca-Cola fue uno de sus primeros clientes. Desde aquel dibujo publicado en 1931 hasta 1964, Sundblom creó más de 40 pinturas al óleo en las que, a partir de diferentes situaciones, daba a conocer la personalidad de Papá Noel: un personaje travieso y juguetón que refrescaba con Coca-Cola sus largas jornadas donde repartía felicidad.
Sus imágenes recorrieron el mundo en empaques, publicidades y exhibiciones itinerantes de los cuadros originales, que fueron expuestos en Japón, Australia, Francia y Filipinas, entre otros países. Dos muy recordados son: la pintura de 1958 que llevaba el título “La pausa que refresca”, y la de 1962 con el slogan “Saludo navideño“.