Un particular salón de bellezas de Tokio ofrece un nuevo tratamiento facial que consiste en dejar que los caracoles caminen sobre el rostro de la interesada.
De solo pensarlo da cierto «asquito», pero en el arte de la belleza, cuanto más complicado y «sufrido» sea parece mejor.
El tratamiento sirve para hidratar la piel y remover la piel muerta, generando entonces un efecto de rejuvenecimiento.
El procedimiento se realiza en el Clinical-Salon Ci:z.Labo y aquí están las coordenadas en Foursquare por si alguien anda por allí y quiere darse una vuelta para embadurnarse la cara con baba de caracol.
Como antecedente se puede mencionar la utilización de peces para los tratamientos de pedicuría que se impuso hace dos años y hasta llegó a Buenos Aires.
Ahora se lo cuestiona porque presumen que puede facilitar el contagio de VIH Sida y de hepatitis. Habrá que ver entonces cuál será el próximo animalito que se use para alcanzar la «belleza deseada».