La 8º edición del Premio Proyectando Valores está enfocada a la participación de estudiantes universitarios y terciarios de todo el país. El objetivo del concurso es fomentar la reflexión en los estudiantes de las carreras de Comunicación Social, Publicidad y otras afines, sobre la responsabilidad social que les cabe a los anunciantes y a los medios de comunicación en la transmisión de valores y de principios éticos en sus comunicaciones.
Las novedades para la presente edición son: la incorporación, en calidad de copatrocinantes, del IAB (Interactive Advertising Bureau) y del CCA (Círculo de Creativos Argentinos), cuyos presidentes, Alejandro Fishman y Carlos Pérez, respectivamente, se integrarán al Jurado de evaluación y elección de los ensayos ganadores; y el incremento del importe de los premios, de tal manera que los alumnos que se hagan acreedores del 1º, 2º y 3º premio recibirán, respectivamente, un importe de $ 7.000, $ 5.000 y $ 3.000.
Acá abajo les dejamos la presentación de la temática que se abordará este año:
¿Debería la publicidad política respetar el código de ética de la publicidad comercial? ¿O qué código debería considerar?
Como ciudadanos queremos una publicidad responsable que sea en esencia leal, veraz y honesta. A tal efecto, El Estado dicta leyes y normas que son el piso ético de cualquier país, y los anunciantes y las agencias de publicidad amplían el espacio de responsabilidad con códigos de ética y dentro del marco de la autorregulación para buscar, en forma dinámica, un mejor respeto al consumidor o usuario y a los principios de la competencia leal.
El Consejo de Autorregulación Publicitaria (CONARP) es el organismo privado creado por los anunciantes y las agencias, encargado de resolver los conflictos éticos que puedan originarse por las campañas publicitarias y al cual pueden acudir tanto los ciudadano como las empresas. El mismo Estado puede realizar consultas sobre cuestiones específicas.
Sin embargo, existe una enorme franja de la publicidad que escapa a este conjunto de reglas y controles. Y, esta franja, tiene una influencia muy fuerte en la vida cotidiana de los ciudadanos: la publicidad política.
¿Debería la publicidad política seguir códigos de ética? ¿Podrían tener los ciudadanos un recurso que contribuya a eliminar la publicidad desleal?
· En caso negativo: ¿Pueden convivir 2 criterios de ética publicitaria -comercial y político- en función de quién la emite? ¿Daña la coexistencia de estos 2 criterios a la credibilidad de la publicidad en general?
· En caso positivo: ¿Qué elementos rescataría de la autorregulación publicitaria y de los códigos de ética? ¿Cómo implementaría un sistema que garantice publicidad política responsable?
· ¿Qué aspectos éticos debería observar el gobierno de turno con sus campañas y, en particular, durante los períodos eleccionarios?